Los siete tipos de trabajadores problemáticos y como lidiar con ellos

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Una empresa es como una familia, todos tenemos que trabajar en equipo para lograr los objetivos, muchas veces superando las diferencias personales que se pueden presentar. Finalmente, cada trabajador tiene su personalidad y forma de realizar las cosas, sin embargo, muchas veces nos encontramos con trabajadores problemáticos que dificultan el trabajo en equipo.

Estos trabajadores problemáticos suelen hacer más difícil el trabajo en equipo con sus actitudes y muchas veces lo hacen sin intención. Un trabajador problemático no siempre es consciente de como sus acciones afectan a la empresa e, incluso, llegan a no reconocerse a ellos mismo.

Por esto, es necesario que el líder de la empresa pueda reconocer a los trabajadores problemáticos y saber como tratar a cada uno de ellos, para hacer más llevadera la jornada laboral y lograr que los objetivos se cumplan de manera efectiva.

Los tipos de trabajadores problemáticos

La primera tarea será reconocer el perfil del trabajador problemático con el que se está lidiando, para así poder poner en marcha el plan para tratar con él:

  1. El que lo sabetodo: este trabajador suele tener una excesiva confianza en sí mismo, lo cual no es malo, el problema llega cuando no soporta estar con personas que considera que saben menos que él. Este tipo de trabajador problemático suele tener poca empatía y tiene problemas aceptando las críticas y correcciones. Con este tipo de personas es necesario abordar las críticas con delicadeza e ir muy bien preparado. Se aconseja tomar una actitud más de mentor que de jefe. Por ejemplo, utiliza la frase “¿Me podrías ayudar?”, cuando necesites asignarle alguna tarea.
  2. El rey de la duda: este trabajador problemático le falta la confianza que le sobra al sabelotodo. Nunca está seguro de sus decisiones y es víctima constante del miedo. Suele ser escurridizo y no comprometerse con grandes responsabilidades. Es muy peligroso dentro de la empresa ya que puede “contagiar” el miedo, la duda y la falta de confianza al resto del equipo. Para tratar con él puedes tratar de solventar sus cuestionamientos y utilizar de forma constante mensajes de refuerzo.
  3. El invisible: a veces dudas de la existencia de este trabajador problemático ya que hace lo que sea para tratar de ser invisible. No dice nada ni aporta grandes cosas al equipo. Hace lo necesario y nada más. Se queda callado incluso cuando observa que otros compañeros de trabajo cometen errores. No aporta su punto de vista en las reuniones e intenta no sobresalir, ni por cosas buenas ni por cosas malas. En el caso de este empleado problemático debes hacerle preguntas que lo obliguen a exponer su punto de vista y hacerlo sentir que está en un ambiente en donde será escuchado. Dale tiempo para que se sienta cómodo con el grupo, busca sus aportes y trata de reconocer sus aportes.
  4. El sí, siempre sí: este tipo de trabajador problemático siempre dice que, si y acepta todas las tareas y críticas que se le presentan, lo que parece perfecto, pero en la realidad… nunca las cumple. Parece que siempre se encargará de grandes trabajos o que aceptará los cambios que debe realizar en sus labores, pero nunca cumple. Para este tipo de trabajador problemático es necesario que se establezca un plan de acción, por escrito, y fijando plazos a mediano, corto y largo plazo. También necesitarás un seguimiento de este plan para asegurarte que no todo se quede en palabras y que se pase a las acciones.
  5. El destructor: es muy preocupante la actuación de este tipo de trabajador problemático en las empresas. Son fáciles de detectar y muy comunicativos, lo que lo convierten en el doble de peligrosos. Atacan, insultan, critican y nunca están conformes. Les encanta buscar seguidores y tener compañeros para sus actividades de destrucción de la empresa y del trabajo de sus compañeros. Debes estar muy atento con esta clase de comportamiento y como se puede “propagar” entre los trabajadores. Ante este tipo de trabajador problemático debes plantar cara, siempre manteniendo la calma, pero dando a entender que no te dejas amedrentar por sus acciones. No le quites la razón, pero tampoco te quedes callado ante sus críticas. Debes enfrentarte, pero siempre con respeto y mucha profesionalidad.
  6. El negativo: uno de los más peligrosos y tóxicos entre los trabajadores problemáticos. Nunca está conforme con nada y siempre pinta un escenario negativo. Todos los planes para él irán muy mal y nada mejorará para él, sus compañeros o la empresa. El gran peligro es que la negatividad puede contaminar la organización y va en contra del sentimiento de motivación y positivismo que queremos transmitir. Ante este empleado problemático debes establecer cuestionamientos constantes como: “¿No quieres participar?”, “¿Cómo crees que podríamos mejorar?”, “¿Por qué no crees que funcionará?”.
  7. El atacante silencioso: este es el tipo de trabajador problemático que ataca cuando menos te lo esperas. Usa el sarcasmo, ridiculiza a los jefes, a la empresa o a sus compañeros y resalta los errores ajenos, creando un ambiente de trabajo bastante incómodo. Ante este tipo de personas debes actuar como si no has escuchado o visto sus acciones. No reacciones a sus comentarios y haz preguntas como “¿has acabado?” al escuchar sus burlas.