¿Cómo involucrar a tus colaboradores (empleados)? Parte I – Visión.

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¡Espera! Quizá, antes de continuar leyendo este artículo y para no perder tu tiempo, deberías responder a la siguiente reflexión: ¿quieres empleados o colaboradores? ¿Quieres personas que cumplan órdenes como meros ejecutores o prefieres personas involucradas en el proyecto común que desarrolla tu empresa o tu departamento, que pongan todo su esfuerzo, dedicación y talento al servicio de los objetivos comunes?

Si deseas contar con colaboradores, te invito a seguir leyendo este artículo inicial dedicado a cómo generar Visión como primera parte para mantener implicado a tu equipo.

 

1.- Genera proyecto.

Entre apilar ladrillos o levantar un edificio emblemático la diferencia no está en lo que se hace sino en el para qué hace.

Si quieres personas implicadas, lo primero es generar (tener) un proyecto que permita a cualquier persona dar sentido a la rutina diaria, a su esfuerzo cotidiano, para que pueda identificar que su día a día tiene un significado importante en el largo plazo.

 

2.- Genera apetencia.

A los seres humanos, lo que nos apetece nos motiva y lo hacemos bien, sin medir el tiempo ni el esfuerzo que nos ha costado.

Un proyecto apetecible requiere de cierta trascendencia. Esa trascendencia que motiva a formar parte de algo, a implicarse con una misión que genera un bien sobre otras personas. El proyecto debe responder a la pregunta: ¿a quién hacemos feliz? ¿Qué bien aportamos a nuestros clientes o a la sociedad?

 

3.- Comparte.

Además de “crear” un proyecto apetecible y trascendente, es necesario compartirlo.

Por un lado, la propia empresa debe comunicarlo clara y abiertamente y, muy importante, “sudar” proyecto por sus poros, porque es parte de su filosofía existencial y de la operativa diaria.

Por otro, cada colaborador ha de sentir que ese proyecto común es su propio proyecto personal, no el proyecto de otros.

 

4.- Involúcrales.

Nadie considera como propio un proyecto construido por otros, alejado de la realidad que vive e incoherente o construido sólo como un falso escaparate. Es más, eso, lejos de involucrar, aleja y es perjudicial.

Para involucrarles, cuéntaselo, permite que participen, que lo vivan y disfruten; pregúntales y deja que respondan, dispón de sistemas creativos que favorezcan aportar talento desde la diversidad, reconoce los comportamientos queridos, genera confianza y seguridad emocional en las relaciones (porque el miedo no involucra nunca) y mantén un clima de reto y alta exigencia.

 

5.- Siempre hay otro paso más que dar.

Generar proyecto permite construir un norte, trazar un rumbo y seguir avanzando siempre. Precisamente, será ese proyecto común donde todo lo que hagas tiene cabida y donde todo adquirirá sentido.

Y, además, cada acción se incorpora al proyecto de todos y visualiza que siempre estás en marcha, avanzando a paso firme hacia el objetivo común y de cada persona.

No te pares, porque siempre hay un nuevo paso que dar.